Aquí
adentro veo como Dios me advierte, me habla,
Y
arriba de la montaña, en la infinidad de nebulosas, se ríe de mí,
Tengo a
donde ir, pero con estos ojos cerrados de lluvia y compasión,
me
quedo una vez más insegura y triste,
¡que
camino tan simple y tan duro!
YO SOY
con tanto amor me dice y me perdona,
Yo le
creo, aunque me asusto,
Yo le
conozco siempre, pero Él vuelve y me advierte.
Contenido
en todo, en el pájaro, en el ojo del toro,
en el
cristal de la libélula, en el suspiro del ternero,
Dios
del sol, de las estrellas,
YO SOY,
Dios me grita con estruendo desde muy dentro,
como
incrustado en mi costilla,
Se me
sale por los oídos en susurros y me llora desde mi pecho,
¡YO
SOY!