Engaste en hierro y oro.
Tú, cincelada a orillas de mis venas,
hermosura y atavío eras de mi alma,
cuanto pude, te di,
cuanto quisiste esmaltaste con
sangre mi ansia.
Hoy, ayer y siempre
herida abierta.
Completo y profundo
adornando en hielo
mi vientre,
de un solo golpe
fusión al rojo vino.
Aleación antigua,
valorizando este dolor mío...
Porque en ti,
soy joya quebrada de oro y carne,
estoy incrustada en tus pesadillas,
son el ungüento de amor
que a mí, agriamente,
me sulfata y me arde.
ADY ALONIT
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