No hay lágrimas
solo incertidumbre
como sereno de tu ausencia
cae y cae sobre mi,
no hay más que decir
porque tus ojos y tus manos
danzaron en mis palabras
en mi cuerpo
para dejarme morir.
¿Quién entonces fui?
Donde hay nada y con poco juego,
vivo sin lengua
sin sentimientos
fríos y resueltos...
En la conformidad de un terso sueño
que con desespero un día mordí.
Ady
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