Al fin de todo,
me doy cuenta
que si te amaba,
porque voy al patio y todavía
veo sombras de ti,
sonríen conmigo,
llevándose
querubines
fresas,
rosas,
cielo y
toda esas cosas
que te gustaban de mi.
Ahora es cuando
me veo y respiro,
me veo y respiro,
en este patio.
La hierba extraña
lluviosa,
enterneciéndose
conmigo,
arrancándome
los faroles,
las nubes,
estas lágrimas tardías
que no se fueron contigo.
Ahora me doy
por vencida
por vencida
agria y ahogada con
mi propio orgullo
de cruel castigo.
de cruel castigo.
Copyright©2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encanta que comentes