El llanto devorador del pecho
volviendo hielo-cristal un corazón,
yo prosigo aunque ya no soy la misma,
inmóvil ,ya quedé,
frígida y quieta,
partida en dos a causa de un dolor.
No hay brotes en tierra árida y seca,
Me voy marchitando congelada del amor...
Río de estruendo se lleva a
su paso los recuerdos,
arrastrando hasta las piedras
que parecían duras y muertas,
van sin rumbo fijo a donde nadie
soñando las devuelva...
Corriente de sal brota casi tan salvaje
como aquellos mismos orgasmos,
que por los poros derramare
son hoy chorros que menguan
de tristeza,es la nada,
es un placer que infecta y arde.
Ady
Ady
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