En el reinado de abril tuve yo sueños
que me dañaron la cabeza.
Que entereza hoy todavía tengo
pensar que ese sueño,
no fue solo mi inútil miedo lisonjero o solo
un día obscuro de mis febriles pensamientos,
virutas caían del horizonte ,
del cielo como racimos las ilusiones,
del cielo como racimos las ilusiones,
centella que se rompe en el mismo firmamento.
Eran mis sueños de verte,
de conocerte
sentirte dentro,
antes que este amor desfilara muerto.
Todo empezó como un simple anhelo,
como algo,que es y no es,
con tenues desvelos,
todo me surgió en las mejillas
en cabizbajos - te quieros -
empezó en siglos,
en mis dedos encarnados del hielo.
Fui soplando al aire,
esperanzada y ciega toqué en tu espejo...
la locura de verte despertó
como monstruoso sueño,
que ya camina y
hoy no es un inocente juego.
Descubriendo entonces que
en este mi reino,
ni soy princesa
ni soy denuedo,
no soy mujer de piedra o
esfinge de mudo espectro.
Que soy mas frágil,
que soy niña que ama
con débiles sentimientos...
Que es de nieve derretida mi orgullo,
mis miedos
y tú mi debilidad,
mi ancha tristeza,
que eres tú mi caballero
el que desde ahora galante
en mis sueños despiertas...
recostado en mis pechos.
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