¿Cómo
pudiste hacerme algo así?
Me
encierras en un sinfín de cosas anheladas
Presentándome
el paraíso, me tiras en estas calles,
Entre
las montañas y la cercanía de tu camino,
Te
siento viejo, fresco y amargo.
¿En qué
cabeza te cupo?
¿Cómo
pudiste creer que me enamoraría de este paisaje?
Porque
haciéndome una sola con estos perros de nadie,
ahora
voy llorando…
¡Con
estas sombras primaverales, con este invierno miserable!
Con el
ojo de poeta que se arraiga entretejiéndose en mis propios matorrales,
La neblina
se hunde en mis hombros y el vaho frio de la gente me habla,
pero yo
no entiendo.
Algunas
madrugadas, ya de regreso, espero que el eucalipto erguido me responda
¡pero
nada! Prosigo a la casita del encierro por el túnel que hacen los árboles,
Voy loca
hablándome al oído…
Entonces
después de verte por ahí, se me sale una lagrima,
pero la
lagrima nuevamente se me mete al ojo,
En
carcajadas me digo: ¡me salve de él!
Y
mientras, la montaña se me hace grande, con un hermoso eco.
(Porque
ellas si me entienden todo)
Le
hablo a las gallinas de:
Un
alivio,
Este pueblo,
Mi olvido y la vida.
Qué bonitos versos, para mi, es un "darse cuenta".
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, me di cuenta ...hace mucho rato y el alivio es algo maravilloso, los versos sanadores, Gracias por tu linda visita
EliminarHay una metáfora aleccionante sobre el amor. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias Poeta por sus comentarios, siempre motivadores, un abrazo!
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