Como en Atlántidas,yo desconocida
habité en espera,por aquella
sombra que cortóme la lengua y la vida,
supo envolverme en la oscuridad,
cercenó el camino que dirigía,
un cielo infinito,¡oh bendito!.
En corcel bravío,encendido,
recorrió mi bosque,talando el árbol
de sabiduría,
convirtióme entonces,
en solo una ignorante
que nada vigila.
Algo me ínsita,
crispante es,amargo eterno,
pero yo no quiero ver
la tortuosa puerta que
ha de conducirme al averno.
Dolor que vino,
acabando ensimismo,
el frescor de mi aliento y mejilla,
llevóme en arrebato como
un cataclismo,
dejándome como animal muerto,
que en la bruma,fatuo brilla.
Convertida en Filis
de un dolor supremo
hoy lo siento,
pues dentro,yo sé que nada llevo,
aunque atroz me traspasa,
una fría y vieja daga de hierro.
ADY ALONIT
bonito blog, te seguiré....
ResponderEliminarBesos!y muchas gracias.
EliminarHermoso poema, mi querida Ady, me transportó a un mundo de mitos. Me fascinaron las alegorías y metáforas, soberbio. Te mereces más que besos achocolatados, musa. Besos miles!
ResponderEliminarCaballero a ti gracias por el apoyo!
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